24 noviembre 2006

AVT. Manifestación

10 noviembre 2006

El Momento crítico

A manera de prólogo: La comparación que nuestro colaborador hace de Napoleón y de ZP se entiende bien, a mi juicio, a favor de la famosa visión marxista de que, en la historia, la tragedia se repite como comedía (para desgracia de los españoles, mas bien tragicomedia) . El "petit cambron" (Pérez Reverte), se le odie o se le ame, posee una grandeza histórica que no puede ser comparada con la inicua, perversa, figura de ZP (el peor tipo de gobernante: moralmente malo, intelectualmente inane). Con esta salvedad, considero que el artículo de nuestro colaborador elabora una elegante, precisa y esclarecedora comparación que ilustra la actual situación política (Divino Fracaso).

El momento crítico

Por Aniceto Cañizares Miralles

"Por mas de cuarenta años a mi señor he servido, mandado, he vencido
He tenido el destino del mundo en mis manos
Y en todo momento he sabido
que en cada acontecimiento el destino de cada país,
puede depender de un solo momento "

Empapado y exhausto, el Emperador repetía estos versos, hundido en una gran silla, delante del fuego, mientras giraba ensimismado un compás en el vacío. Es mayo de 1813. Bonaparte acaba de conocer la derrota de Vandamme en Kulm. La Fortuna acabada de darle la espalda definitivamente(1)

Aunque la situación de Zapatero es todavía mucho mejor que la del emperador francés, los versos de la vieja obra de teatro son plenamente validos, no solo para la situación actual de nuestro país, sino para otras muchas que se han producido o producirán en el futuro; además hay otras similitudes entre los dos acontecimientos. Llegado a la Moncloa por accidente (o por explosión, mejor dicho) ZP, obró siempre de la forma mas apropiada para conservar a toda costa el poder conquistado, en su, por así decirlo, 18 de Brumario (léase 13 de marzo).

Varios han sido los ejes de su política en este sentido. Primero y consciente que en el 14-M, lo ocurrido fue que, más que perder votos el PP, el PSOE movilizo a muchos votantes de izquierda, ha practicado la "estrategia de la tensión" para mantener movilizado al votante de aquel día. Así se explican sus continuas referencias a la Guerra de Iraq, el desentierro de la Guerra Civil, las retiradas de estatuas del Dictador, los coqueteos con Chaves, Castro y Morales, los feos o malos gestos frente a EEUU (al que por otro lado se le intentaba compensar).

Después y con la calculadora en la mano se han favorecido o primado a algunas autonomías y perjudicado claramente a otras y despreciado a sus representantes. ZP sabe que si gana en Cataluña, País Vasco, Andalucía y Extremadura el PP, no podrá conseguir la mayoría absoluta.

No se ha olvidado de la demagogia, de dar canales de radio y TV a sus aliados, de la contraprogramación (sacar escándalos en el momento oportuno), de tener varias voces para aglutinar a un electorado variopinto. Así, Bono, Vázquez y Rodríguez Ibarra han prestado un impagable servicio, tanto para distraer la atención (muchos mensajes hacen pasar a un plano menos importante el principal) como para tranquilizar a un sector del electorado que veía con temor la ascensión separatista.

Una de sus principales estrategias ha sido, (sabedor de que el PP tendría dificultades en ganar por mayoría absoluta, lo que por otro lado y salvo Felipe González, con la colaboración de la UCD, nadie ha logrado en su primera victoria electora)l, aislar al partido de Rajoy. Para ello ha logrado en un momento u otro ganarse el apoyo de casi todos los partidos del espectro parlamentario, a excepción del Partido Popular, claro está, con concesiones o, a veces. gestos.

Nada le ha ayudado mas a esto que el Estatuto de Cataluña, cuya ultima razón de ser, no es seguramente otra, que volar los puentes entre el PP y CIU, partido bisagra que apoyó tanto la ultima legislatura de González, como la primera de Aznar.

Una vez conseguido esto y, todo que hay que decirlo con la inestimable ayuda del partido de centro derecha, ZP decidió que había llegado el momento de conseguir el apoyo de los parlamentarios de CIU en la próxima sesión de investidura y soltar el lastre de ERC, que pese a todo nunca podría apoyar a Rajoy.

Dicho y hecho. En lugar de aprobar el texto del Estatuto Catalán con Maragall y sus teóricos aliados, da de lado a estos e inicia un romance con Mas y CIU en el llamado " Pacto del Puro”. Maragall era, políticamente, defenestrado (además de traicionado junto con sus compañeros del Tripartito) y sustituido por un candidato de segunda fila de cara a las elecciones. No hace falta recordar que, ya en un segundo plano el todavía President seguía siendo el político mas valorado en Cataluña. ¿A que partido con intención de ganar se le ocurriría semejante cambio?

La apuesta era clara. Mas ganaba por una cierta diferencia al " charnego Montilla " y este moralmente se vería obligado a apoyarle. Nada que ver con lo que se ha hecho en Galicia, con el PP a un escaño de la mayoría absoluta y lo que se hará en Madrid si a Sebastián le salieran las cuentas. Luego Artur Mas devolvía el favor en el parlamento de Madrid y de paso se terminaba la sangría de votos por la presencia, cada vez mas incomoda de ERC, junto al gobierno. La noche electoral todo parecía ir sobre ruedas. Mas aventajaba de once escaños a Montilla, el PSC tenia mas del doble de escaños que el PP (eso de cara a las elecciones nacionales serian el triple) y los voceros de Ferraz ponían cara de circunstancias.

Todo parecía haber salido bien en la estrategia zapateril. Pero no, muy pronto se ha visto que el Tripartito había resurgido de sus cenizas y que Montilla no estaba dispuesto a ser el pagano de la próxima llegada de Zapatero al poder. ¿Que ha pasado?. Primera sorpresa, el acuerdo entre los señores de la " Entesa ", antes Tripartito ha llegado muy pronto, quizás demasiado, para existir antes de las elecciones. Segundo, ZP, estaba, como Bonaparte tras Dresden, ausente. había partido hacia un objetivo secundario, la "Conferencia de los Ausentes", cuando era quizás el único con algo importante en juego, pensando. como el corso, que toda estaba hecho.

Recuerdo haber escuchado a algún tertuliano de la radio burlarse de la fecha elegida por Maragall para la cita electoral. No creo que fuera casualidad la fecha. Pienso también que es el único capaz de catalizar el rápido acuerdo. No le criticare por ello. Se ha limitado a devolver el golpe.

Al igual que el arrivista Bonaparte critico a Vandamme por ambicioso y precipitado(2) el trepa ZP y sus leales (¡¡ Bono entre ellos !!) critican por lo mismo a Montilla. Que esperaban ,¿que se suicidara políticamente?. ¿Que habrían hecho ellos?. ¿Que pasará si en Madrid al candidato socialista le salen las cuentas?- ¿Querían que esperase a que regresara Zapatero y perder su oportunidad?. La ambición bien dosificada es una cualidad más que un defecto. Otra cosas es anteponer la ambición personal a todo lo demás. La oportunidad no hay que despreciarla y perder el tiempo es de tontos.


1 La derrota de Vandamme se debió en gran parte a la mala suerte. Por una jugarreta del destino el general francés ignoraba que además del ejército al que perseguía, había otro cuerpo, al que el furioso ataque de la Guardia Imperial, en Dresde, había dejado cortado del resto, tras él. En kulm, Vandamme que iba a atacar al ejército principal se encontró con otro a sus espaldas. El cazador paso a ser el cazado. Curiosamente Bonaparte, quizás por intuición, cambio pocas fechas antes la numeración del cuerpo de ejército de Vandamme. El antiguo XIII Cuerpo, paso a ser el I Cuerpo. Aun así ni Napoleón, ni su arrogante general escaparon a los caprichos de la Diosa Fortuna.

2 Es cierto que Vandamme opositaba al bastón de mariscal, pero esto no fue decisivo. además de ambicioso era muy competente y no se le han encontrado errores en la operación. Napoleón reprocho a este sus prisas y a Saint-Cyr a quien dejo el mando de ejército en Dresden su lentitud. En ningún caso tiene razón ¿ Como quería que las exhaustas tropas de Saint-Cyr y las de refresco de Vadamme marcharan al mismo ritmo ?. Mas aun, cuando al irse él, se perdió el efecto moral que su presencia producía en las tropas del Gran Ejercito: ”Cuando ese individuo, tan extrañamente ataviado, aparece campo de batalla es como si de repente cuarenta mil hombres hubieran surgido" (Wellington). De nuevo la responsabilidad máxima debe recaer en el mando superior ausente

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07 noviembre 2006

Y...¿Ahora qué, ZP?


ZP ha desarrollado una política fruto de sus logomaquias. La única virtud que ha tenido tal política es poner de manifiesto la tremenda crísis del sistema. Si la reconciliación constituía un terreno fértil para el desarrollo de la democracia en España, su plasmación en la Constitución abrió la puerta al delirío nacionalista. De aquellos polvos estos lodos.

Ahora ZP debe enfrentarse a cosas tales como la traición del charnego, la negativa del Rey a que se apruebe un apoyo explicito al iniquo "proceso" en la cumbre (o mejor pozo) iberoamericana, la nueva "huelga de hambre" del asesino en serie, etc...Sería divertido si las consecuencias no hubiéramos de pagarlas entre todos.

Es la hora de la verdad. De los hombres libres. Meditemos.