La Guerra que nos puede llegar. Capítulo III.Irak, la sitación actual..
Dificultades en ambos bandos
La insurgencia lo tiene complicado. De los primeros combatientes, veteranos de Sadam pocos quedan ya. Han sido reemplazados por patriotas que odian la ocupación y responsabilizan a los invasores del estado del país. Junto a éstos, extremistas islamistas que solo buscan una oportunidad para enfrentarse a Occidente y bandidos que solo luchan como medio de vida, nutren las filas de la llamada " resistencia”.
Su vida es mas dura de lo que podemos imaginar. Comen mal, duermen poco, se saben perseguidos. Tienen dificultades para conseguir el material para su terrible misión. Saben que con casi total seguridad van a perder la vida. Los mas veteranos están " quemados”. Saben que cualquier momento será el último. Han podido cometer ya algún error. Casi desean cometerlo y terminar... ya. Saben que a fuerza de dólares los americanos los han infiltrado.
La, mal llamada, resistencia, tiene dos tipos de actuación. Una es de tipo militar y la llevan a cabo guerrillas según el esquema tradicional de estas. Otra, más dura, es de tipo terrorista. Los encargados del terror están organizados en células. En éstas cada uno tiene su misión. Uno " ojea " a los candidatos entre los descontentos y los explora. Otro contacta y los recluta. Otro los adoctrina. Otro los entrena. Un pequeño estado mayor selecciona los objetivos y prepara las acciones. Muchas veces el terrorista suicida solo conoce a uno o dos de los otros miembros de la célula. A veces alguno desempeña varias funciones. Convertir a un descontento en un suicida no es tarea fácil. Requiere trabajo, adoctrinamiento y tiempo. Hay que aislar, superar las barreras de autodefensa del individuo, convencerlo y evitar que en el último momento no retroceda.
Hay una coordinación. Dado que todos los días hay varios atentados y ningún día hay cuarenta y luego dos semanas sin una carnicería, es que el trabajo esta repartido. Fallan muchas veces, quizás la mayoría, pero todos los días alcanzan su objetivo. Evitar un día normal. Para ellos, esto es lo principal. Es mejor así que conseguir un día cien atentados y tres mil muertos y luego dos meses de calma. Hay que mantener la tensión, macerar y moldear a la población. Cuanto mas desesperada y paranoica este la gente mas fácil es empujarla hacia donde quieren ellos.
Les esta costando. Necesitan refuerzos que desde el extranjero o incluso Europa les llegan. Saben lo que esta en juego. Saben lo que significaría una victoria en Irak.
Últimamente están intentados alimentar la espiral de violencia con una guerra entre sunnies y chiis. Han conseguido algún éxito parcial, pero no su objetivo. Quieren que los chiis se levanten contra los sunnies, provocar la guerra de todos contra todos, que los occidentales y el gobierno iraquí pierdan el control. Si las milicias de los ayatollas chiis, numerosas, bien armadas y a veces consentidas por los aliados, entran al trapo, estarán muy cerca de la victoria.
En el lado occidental las cosas no están mejor. Seguro que los patrocinadores de la operación están arrepentidos de los errores cometidos. Su popularidad esta en horas bajas y conocen mejor que nadie la situación y sus peligros. Saben que por sus errores y los de otros, el enemigo es cada día más fuerte. La operación "Libertad Iraquí" ha fortalecido al enemigo. Los que con su oposición ayudaron al enemigo, por el contrario no parecen darse cuenta del enorme riesgo. Utilizan este tremendo disparate como arma arrojadiza contra sus adversarios políticos, ignorando que el autentico enemigo no busca el control de occidente, sino la destrucción de nuestra forma de vida y que cada día es mas fuerte.
La guerra que nos puede llegar parece a la población occidental algo lejano, que ocupa solo algunos minutos de las telenoticias. Hay mucha gente que ignorando la consecuencias de la derrota de occidente critican los errores de los invasores y no se dan cuenta de a quien ayudan.
“Iraquizacion” del conflicto
Llevamos unos meses en los que se esta llevando a cabo una " Iraquizacion " del conflicto. Para evitar la continua sangría y la consiguiente bajada de la ya escasa moral de combate occidental, se esta intentando que el ejercito iraquí lleve el peso fundamental de los combates y de las bajas. No es ya una policía o milicia secundaria, casi simbólica, sino que se quiere que combata y que sustituya en el plazo más breve a los soldados de Occidente.
Es la adaptación en el ámbito de la guerra de Irak a lo que se llamo "Asiatizaciòn " en la Guerra de Indochina o " Vietnamizaciòn " en Vietnam. Mala señal. Puede ser el primer signo de la fatiga definitiva de los combatientes occidentales, el "principio del comienzo del fin" como diría alguien. Se puede estar buscando una salida en apariencia honrosa al conflicto.
Estas tropas locales, especialmente, si pierden a sus " guías " occidentales carecen de toda moral de combate, son presas fáciles del pánico y de la infiltración y cuestan mucho, pero que mucho más. Muchas veces son meros ejércitos personales, usados por sus mandos para intentar mantener o acceder al poder. La corrupción es marca de este tipo de unidades, que a veces, no tienen problemas en vender su armamento al enemigo. En Vietnam el mando USA calculó que de cada cien dólares invertidos en estas unidades menos de quince llegaban a materializarse. El mando del Cuerpo Expedicionario Francés en Indochina valoró, en un primer momento, un batallón de tropas locales como equivalente a un batallón vietminh. Luego tuvo que revisar sus optimistas cuentas y dejarlo en un tercio de un batallón viet. Ejemplos: 1954. Batalla de Dien-Bien-Phu. El mando francés quiere evitar que Giap organice una ruta Ho-Chi-Minh (todas las rutas de suministro de los viets recibieron este nombre) a través de la selva en el país Thai que suministre víveres y municiones a las fuerzas que sitiarían el viejo aeródromo. El señor de la guerra local Nugyend Van Dem Loc recibió carta blanca a este fin, pero en lugar de luchar contra los viets, se dedico a hostigar a los " Meos " (una de las tribus mas primitivas del planeta. Solo pueden vivir en las cimas de las montañas) para de esa forma controlar el negocio de opio. Cuando los viets aparecieron en serio, Dem Loc desapareció y los "Meos " apoyaron a los insurgentes y formaron parte de la ruta Ho-Chi - Minh (en el resto del conflicto Meos meos del resto de las regiones lucharon junto a Occidente). Misma Batalla. Aunque el combate duro semanas, gracias al heroísmo de los defensores, pudo terminar en el primer gran asalto. Este se produjo en el sector defendido por las dos únicas unidades asiáticas que defendían en ese momento la famosa cubeta de Dien-Bien -Phu. Tras recibir un intenso fuego artillero y ver a la infantería vietminh marchar hacia sus posiciones los 3º y 5º batallones Thais desertaron en masa y solo la heroica resistencia de una batería de artillería senegalesa evito la prematura rendición de la posición. (Para ser justos el 5º BPNV la tercera unidad asiática, llegada posteriormente, que lucho en la famosa batalla rivalizó en valor con los "paras " europeos). Ofensiva final en Vietnam. 1973. Alguien decide que para debilitar al ejercito norvietnamita hay que retirase, para de esa forma alargar las líneas de suministro de este y luego contraatacar. La retirada es la más difícil de las operaciones militares para un ejército occidental. Para un ejército asiático es mucho más difícil y lo que debía ser una retirada organizada, se convirtió en una desbandada que llevo al pánico y a la derrota. Misma operación. Se pensaba machacar desde el aire al ejército de Vietnam del Norte, pero no se pudo. La fuerza aérea su vietnamita carecía de combustible, pues el gobierno sospechaba que el jefe de esta, general Ly-Kay planeaba dar un golpe de estado.
Pérdida de la iniciativa
Pero lo peor que ha pasado hasta ahora es que se ha perdido la iniciativa. No será posible realizar más grandes operaciones terrestres en el futuro. En Irak no solo occidente ha gastado demasiado dinero y ha tenido bajas, sino que ha sufrido un quebranto moral que puede ser irreparable. Los menos de 3.000 bajas, las críticas y la oposición a la guerra, han supuesto invertir toda la moral de combate, escasa siempre en Occidente, en esa operación de final incierto. Quedan cientos de miles de soldados disponibles, pero no hay mando político capaz de asumir una nueva intervención a gran escala. Irán, Siria y todos los posibles enemigos lo saben. El presidente de Irán estará paranoico, pero no es tonto. Puede estar obsesionado por un atentando o un ataque de aviones o de misiles lanzados desde buques, pero sabe que nadie, en su sano juicio, puede ordenar una gran operación. En la llamada " guerra psicológica " perder la iniciativa es muy grave.
(Continuará)
Aniceto Cañizares
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