Y ...¿quién paga los platos rotos?

Pocas dudas pueden existir sobre la crísis moral y política que sufre la nación. En manos de un gobierno mentiroso y cobarde, elegido por un pueblo que se dejó engañar por falta de valentía para defender a sus mártires, no aparece tampoco una oposición que esté a la altura del reto de rehacer el sistema, avanzando en la democracia, apoyado en la regeneración de la moral pública y las virtudes privadas.

Entre tanto, las clases medias, debemos asumir la voracidad de un sistema recaudatorio que atraca nuestros bolsillos para mantener un gobierno despilfarrador, eximiendo a los poderosos y subvencionando la pobreza para eternizarla.

De ahí, que el abajo firmante no tenga tiempo de mantener estas páginas al día. La sombra de hacienda, ominosa, me mantiene en la explotación. Seguiremos informando