30 noviembre 2005

SIN COMENTARIOS

Los subrayados son mios. Se comenta por si mismo. ¡Zapatero, como te atreves a poner España en manos de estas gentes!

Manifiesto repartido este miércoles ante la sede de la Cadena Cope

CONTRA LA CADENA DE L’ODIO

- La Cadena COPE fomenta el odio contra Catalunya, al deslegitimar a sus representantes democráticos e instituciones, y al difundir falsedades sobre la sociedad catalana. Su constante desprecio hacia todo aquello que no es nacionalista español y socialmente conservador está alejado de los valores que la Iglesia católica debería promover.

- La Cadena COPE, lejos de reflexionar sobre las críticas recibidas, intenta eliminarlas, acusando a líderes de Catalunya (excepto a los del PP) de delitos, actitudes y comportamientos difícilmente demostrables con el objetivo de criminalizarlos.

- La Cadena COPE califica constantemente al gobierno de Catalunya de “nacionalsocialista”, en un intento de relacionar la propuesta de Estatuto con la Alemania nazi. Debemos recordarles que el único presidente de un país europeo asesinado por los fascistas fue Lluís Companys, presidente de Catalunya detenido per la Gestapo i entregado al ejército franquista.

- La Cadena COPE ha hecho propaganda activa del boicot a los productos catalanes. Difunde falsedades sobre operaciones económicas, e intenta presentar la sociedad catalana como controlada por un cártel mafioso, despreciando el voto emitido por los ciudadanos de Catalunya.

Por todas estas razones nos encadenamos hoy, porque mediante esta acción pacífica pero contundente, queremos protestar contra el odio y la intolerancia que promueve la Cadena COPE, y denunciar la complicidad que mantienen la cúpula eclesiástica española y la derecha española del Partido Popular. Las cadenas de la Conferencia Episcopal Española nos impiden vivir con tolerancia, en libertad y respetando a la diferencia y a todas las propuestas democráticas. La Cadena COPE nos encadena a la intolerancia, a la xenofobia, al racismo y al odio a la diversidad cultural y lingüística.

¡Ni un paso atrás! ¡Independencia y socialismo para los Països Catalans!

JERC – Joventuts d’Esquerra Republicana de Catalunya

23 noviembre 2005

Responsabilidad individual. Fernando R. Genovés


Fusilo", de Libertad Digital, un excelente artículo de FR Genovés que, a mi juicio, recoge el espíritu del pensamiento liberal.)

A medida que vaya creciendo la corrupción y decadencia del actual Ejecutivo ejecutor que capitanea en España, vamos a oír hablar mucho, cada día más, de la guerra de Irak Comparto casi al pie de la letra el análisis y el diagnóstico que ofrece André Glucksmann, en una reciente entrevista realizada por Juan Pedro Quiñonero para ABC, sobre los últimos disturbios incendiarios en Francia. No entraré ahora en el detalle de esta rebelión de las masas descontentas, inflamadas de gasolina y odio, y que tanto excitan a los partidarios del progreso a todo gas, pues ya ha sido muy bien tratada, informada y opinada, en este diario. Deseo, sin embargo, llamar la atención sobre algunas palabras del filósofo francés, que contienen, a mi parecer, un juicio de lo más acertado. Su consideración puede sernos muy útil para comprender mejor lo que pasa en los suburbios franceses, pero no sólo en ellos.

Le pregunta Quiñonero a Glucksmann cómo cree que acabará este combate del demonio entre las fuerzas del odio y las fuerzas del bien. La respuesta de Glucksmann puede condensarse en esta sentencia perfecta: “Lo esencial quizá sea restablecer el concepto de identidad y responsabilidad individual, contra la marea negra del odio y la indiferencia que nos cercena”.

Respecto a la turbia marea del momento presente que amenaza con anegar las sociedades libres, y cuya última edición arranca fundamentalmente de los atentados terroristas del 11-S, la doctrina oficial del pensamiento único atiende a mil causas y excusas, y pone cientos de “peros” a la necesidad de reaccionar y de estar a la altura de las circunstancias. Falanges sociológicas, cohortes psicologistas y muchedumbres periodísticas, empuñando las plumas a modo de lanzas, apelan a responsabilidades difusas y vagas de la colectividad (les va el colectivismo) para justificar lo injustificable, y sólo bajan a la singularidad cuando se trata de apuntar a la cabeza, a las piernas o al corazón de sus demonios particulares, en quienes personalizan su perorata furibunda.
En tal soflama, donde están revueltos la masa y el poder, se halaga a las multitudes con el fin de servirse de ellas como escudos humanos. Tras ellos se ocultan los mandarines y rasputines de turno, los intelectuales colectivos, que se esfuerzan para que la identidad quede diluida en un sentimiento oceánico de cabezas que no piensan. Allí, agrupados todos, dejan que les lleve la corriente hasta desembocar en el mar de la solidaridad universal, que, por lo común, es el morir. Pero la responsabilidad de las acciones humanas no es propiamente colectiva ni general.

Además de desenmascarar al prototípico demagogo, es necesario que los hombres aprendan y se acostumbren a dar la cara. Para ello es preciso fomentar una cultura de la responsabilidad individual. Sin ésta, la noción de libertad no es completa, ni plenamente significativa, y viceversa. Es decir, son los individuos, uno por uno, quienes deben responder de sus acciones: esto es la genuina responsabilidad. Ciudadano: no me digas lo que sientes por la libertad, dime lo que haces en favor de la libertad; y, sobre todo, hazlo.

A medida que vaya creciendo la corrupción y decadencia del actual Ejecutivo ejecutor que capitanea en España, vamos a oír hablar mucho, cada día más, de la guerra de Irak. Este es el argumento central de la gran farsa, y a él van a acogerse como un clavo ardiendo, sobre un muro ya caído, los que en su desplome quieren que todo se venga abajo. Saben muy bien que la inmensa mayoría de los españoles son rabiosamente antiamericanos (ver últimos datos del Real Instituto Elcano) y estaban (¿están?) contra-la-guerra-de-Irak. A ver quién dice que no.

Escribe Gustavo Bueno, con gran acierto, en España no es un mito, que a menudo son los propios españoles quienes contribuyen a incrementar las “amenazas difusas” contra España. En gran medida, dice, son los “pacifistas fundamentalistas”: “Estos pánfilos individuos son acaso más peligrosos para España que aquellos que la amenazan formalmente, desde los ángulos más diversos”.

Nos cercena, en efecto, la indiferencia general, pero muchos miles de españoles se manifestaron (¿se manifiestan?) con bastante claridad contra la guerra de Irak, aunque añadan que están a favor de la unidad de España. ¡Qué tiene que ver una cosa con la otra!, protesta el indignado. En nombre de muchísimos “pánfilos individuos”, peligrosos pacifistas, hablan, y próximamente hablarán mucho más, quienes, desde la masa y el poder, se sirven de la guerra de Irak para consumar el incendio de España, mientras el tirano en lo alto de la colina toca la lira interpretando un himno de paz.

¿Qúe hacía usted cuando murió Franco?. A los jóvenes progres que llaman fachas a los liberales.

Esta entrada está dedicada especialmente a mis jóvenes rivales progres que, o no habían nacido cuando murió Franco, o usaban pañales. Tal vez sea el caso del ínclito individuo o individua (¡por Dios, que cansancio el lenguaje políticamente correcto y gramáticamente delicuente!) que se dedica a llamar fascita a alguno de mis amables comentaristas y a mi mismo. Sepan ustedes, jóvenes y jóvenas, que sufrirían una desagradable decepción si averiguaran que hacían algunos de los paladines de la izquierda gobernante, política e ideológiamente gobernante, en el momento de la muerte del dictador: Zapatero, De la Vega, Bono, JL Cebrian, etc. Les dejo a ustedes la tarea. También sufrirían un soponcio, si alcanzarán a conocer donde estábamos muchos de los que nos consideramos liberales y ustedes tildan de fachas. Se admiten aportaciones.

21 noviembre 2005

¿Hay vida inteligente fuera de El Pais (sin acento)?


La caída de Borrel contada, por un socialista, en El Mundo y recogida en Libertad Digital. Aquí.

Todos son iguales...No te metas en política


Es curioso, pero últimamente, cuando discuto con alguno de mis amigos progres, su argumentación suele demorarse poco antes de precipitarse al tópico postulado de que "en política todos son iguales". En el fondo, lo asumo como una precaria victoria, pues mis divergentes pasan de la defensa a ultranza de los postulados izquierdistas a asumir implicitamente un postulado propio del pensamiento liberal: el pueblo debe desconfiar de los gobernantes y vigilar su tendencia a la corrupción. Como corolario, se asume que el sistema democrático (burgues, liberal, capitalista..) es el menos malo de los sistemas, pues permite deponer a los malos gobernantes. ¿O no?. Va a ser que no (lo siento. me moría de ganas de incurrir en la muletilla de moda). No, el corolario no lo asumen, aún se resisten a admitir tal evidencia, más bien tienden a la nostalgia sentimental, que les retrotrae a los buenos viejos tiempos del franquismo donde todos éramos más jóvenes y heroícos. Nunca renunciaré a mi pasado antifranquista. Nunca lamentaré que los que postulábamos la revolución como salida al franquismo "perdiéramos" la batalla. El viaje desde el fascismo al comunismo se me antoja como el más perverso itinerario que los dioses pueden reservar a un pueblo, y la más hedionda bitácora intelectual que puede transitar un individuo (EHT y sus alabanzas José Antonio y luego a Stalin). No, al menos, mis amigos progres y yo nunca fuimos fascistas, por elección, ni comunistas, por derrota histórica; ¡loados sean los dioses!. Pero del "todos son iguales", al consejo de Franco a uno de sus ministros: "...haga como yo, no se meta en política", hay sólo un paso. Meditemos.

Pasatiempo: Descubrir en la foto al padre de J.M. Aznar y al glosador de Franco (obligado), Eduardo Haro T.

18 noviembre 2005

LA INSOPORTABLE PESADEZ DE ALGUNAS NOCIONES PROGRES

Es curioso comprobar como los progres manejan conceptos de una pesadez insoportable. Por ej: masas (desfavorecidas), pueblos, minorias (marginadas), etc. Ellos no pertenecen a esos colectivos, son su parte leve: su conciencia. Esta forma de ver el mundo les es muy rentable, desaparece el concepto de individuo para ser sustituido por el de clase. Y aquí ya se ponen mayúsculos: CLASE OBRERA, PUEBLOS OPRIMIDOS DEL TERCER MUNDO, ETC.. Ahora ya sólo toca colgar etiquetas: Clase obrera: buena, Burguesía, Capitalistas: malos. Y todo esto ¿para qué?, para no ver la única realidad exitente, ni leve, ni pesada: los individuos, sujetos (si lo desean) de su libertad, a la que acompaña, de forma inevitable, la responsabilidad. Amigo progre, procure ver hombres, mujeres uno a uno, júzgales según el uso que hacen de libertad y la asunción de su responsabilidad. Estara un poco más cerca de entender lo que es el liberalismo.

Lecturas recomendadas (clickee sobre el texto):

  1. Constitucion de los EUA (sí, la de los malos),
  2. Discurso Fúnebre de Pericles, (recogido por Tucídides). 431 a.C. l Cementerio del Cerámico, en Atenas.

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NB: Como ya creo haber pasado el periodo de rodaje, hoy coloco un contador, que parte de cero. Aprovecho para agradecer su amabilidad a todos los visitantes y comentaristas. Les animo, si no tienen nada mejor que hacer, a seguir frecuentando ésta, mi humilde página, de ésta, nuestra comunidad.

14 noviembre 2005

SOY UN FACHA ( por Alfonso Usía). Y yo también

Me siento español. Soy un facha.Mis escasas ¿por la edad? actividades políticas durante el franquismo fueron rotundamente antifranquistas. Pero soy un facha. Voté con ilusión y entusiasmo a favor de la reforma política y en el «referéndum» de la Constitución. Pero soy un facha. Creo en el principio de solidaridad entre los territorios de España, y defiendo que los más favorecidos tienen que ayudar a las autonomías más deprimidas. Pero soy un facha. He estado, estoy y estaré siempre del lado de la libertad, pero soy un facha. Me repugnan las dictaduras y las tiranías, de un signo o de otro. Pero soy un facha. Creo en la independencia del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Precisamente por ello, soy un facha. Creo que no hay ninguna nación en Europa más abierta a la descentralización administrativa que España. Y soy un facha. Creo en la obligación moral y ética, como parte de la sociedad de una nación desarrollada, de acoger y ofrecer toda clase de oportunidades a los inmigrantes. Y soy un facha. Creo en la libertad de opinión y de expresión, y, por ello, soy un facha. Creo que la administración del dinero público no consiste en el despilfarro, las ayudas personales o las inversiones ruinosas e innecesarias, y soy un facha. Creo en Dios* y en la civilización y humanismo cristianos, de ahí mi condición de facha. Creo en la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, y soy un facha. Creo en el individualismo y recelo del colectivismo, y soy un facha. Creo en la igualdad de oportunidades y en la obligación de los poderosos de contribuir al equilibrio de los débiles, y soy un facha. Creo en el honor, en la lealtad, en el amor y en la honestidad. Y soy un facha. No creo en los nacionalismos excluyentes, étnicos e históricamente inventados, y soy un facha. No creo en el rencor como instrumento fundamental para ejercer la política, y soy un facha. Creo en el perdón y la reconciliación de todos los españoles, y soy un facha. Creo que el futuro de España y de cuarenta millones de españoles no puede continuar en manos de unas minorías antiespañolas y chantajistas. Y lo creo porque soy demócrata, pero soy un facha. Creo en el latín y en el griego, en la Poesía y en el Arte, en la palabra y el trazo, y soy un facha. Creo lo mismo en Manuel que en Antonio Machado, prueba irrefutable de que soy un facha. Creo que ser español y sentirse español es tan duro como maravilloso, y soy un facha. Creo en los símbolos y en las emociones, y soy un facha. Creo en la Justicia, y soy un facha. Creo que los asesinos no pueden tener más privilegios que las familias de los asesinados, y soy un facha. Creo en la siembra del sentido común regado con la sangre de mil españoles inocentes, y soy un facha. Creo en la vigencia de nuestra Constitución, en sus amparos y en sus obligaciones. Y soy un facha. No creo en la división de España y en el establecimiento de diferencias entre los españoles, y soy un facha. Pues eso, ¡qué le voy a hacer! Soy un facha.

* Salvo en el texto marcado en azul, suscribo integramente las palabras de Alfonso Usía

06 noviembre 2005

El infierno está empedrado de buenas intenciones

Una vez más, y para bien de mi holganza, encuentro que alguien explica mucho mejor algo que mi magin apenas alcanza a mal esbozar. Excelente trabajo de Cristina Losada: La pose rebelde y el deseo de conformidad en La Ilustración Liberal, nº 24. Ortodoxia y heterodoxia, porqué el fracaso del marxismo realmente existente no es seguido de la derrota ideológica de la izquierda. En fin, cuestiones para meditar. Abstenerse vagos mentales y sectarios incurables